viernes, 6 de agosto de 2010

Abyssus abyssus invocat I


En mi último suspiro, en la última bocanada de aire que tomo antes de abandonar este mundo y la vida, la desesperación acude a mis ojos en forma de filtro en blanco y negro, mi mundo se convierte en una película muda, dejo de oír lo que me rodea y todo se vuelve confuso y extraño. En mi cabeza sólo escucho una música nerviosa que me hace sentir mal, unos ruidos que convierten mi vida en un infierno confuso ¿Qué me pasa?

Estoy solo en un puente gris y empedrado, rodeado de una valla de aspecto lóbrego y gótico, las altas barras del vallado se alzan al cielo terminando en una punta desafiante que rasga las nubes y tapa la gran luna llena que hay en el cielo, coronada de figuras extrañas que van de aquí para allá cruzando el basto cuadro negro montadas en escobas.

El sonido de un violín entre tanto ruido me extraña e intento agudizar el oído para seguirlo. Doy un paso y de repente el ruido se convierte en una orquesta de cuerda frotada dando notas picadas, como en las películas antiguas de terror. De fondo suena el violín que escuché antes, hace una triste melódia armónica con los picados nerviosos de la orquesta invisible.

Corro, esto es muy extraño. No sé dónde estoy, dónde voy ni cuánto tiempo llevo corriendo, sólo sé que la orquesta se acaba de callar, aliviado me siento en el suelo y miro a mi alrededor.

Estoy en un bosque de árboles oscuros y extraños que elevan sus retorcidas ramas al cielo creando sombras fantasmagóricas. Entre los árboles me siguen muchos pares de ojos, como linternas encendidas que me enfocan a la cara, la sensación es tan viva y tan violenta que decido salir corriendo. Miles de pares de alas me siguen, las oigo luchar contra el viento detrás mía.

Una coral canta en latín, los veo andar hacia mí non passibus aequi, son un grupo de personas encapuchadas vestidas de negro que portan atriles que acaban en antorcha, están desordenados y sin formar, pero el sonido no se deforma, sigue sonando tan dulce como si estuviera cada uno en su lugar.

Estoy rodeado, por un lado me siguen unas criaturas voladoras a las que no me atrevo ni a mirar por miedo a descubrir algo más monstruoso de lo que espero, y por otro lado un grupo de personas encapuchadas vestidas de negro cantando "Ave Veronica, improbitas plena, ave venefica". No puedo más, he de hacerlo.

Cierro los ojos y el dolor me abrasa, mi espalda se convulsiona por los golpes de mis propias alas contra mi cuerpo, rajan mi piel ante gritos de desesperación y aparecen a mis espaldas dos alas grandes y negras, magníficas y esbeltas. La cabeza parece que me va a estallar, pero he de hacerlo, he comprendido que no se puede vencer al destino y que siempre acaba volviéndose contra ti, aunque intentes negarlo y negarte tú mismo. Aparecen dos cuernos en mi cabeza, mis cabellos arden convirtiéndose en una manta de fuego que me cubre la cabeza, las piernas se me cubren de pelo y cambian de forma, pareciéndose más a las patas de una monstruosa cabra gigantesca que a las piernas de un ser humano, los ojos se me vuelven amarillos y de repente el dolor cesa.

Miro a la coral y les digo lo que una vez aceptada mi naturaleza debo decir.

-Dad la bienvenida a vuestro amo, queridos religiosos.

4 comentarios:

  1. La entrada mola mucho, como dice toni is an epic entrada xDD, pero, tu que fumas pa escribir asi?? xDD

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  2. Mola un cojón xD.
    Por cierto divino, he hecho una entrada que quizá te guste :3 ^^
    y ya me dices si te gusta el diseño!!!
    Besitosss (L)

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  3. maravillosa, ya las he visto esta noche ;)

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