martes, 28 de diciembre de 2010

El más popular

Voy a empezar la entrada siguiendo la tónica de las últimas entradas en las que empiezo haciendo unas preguntas y luego desarrollo la teoría y lo importante de la entrada a fin de cuentas.
¿Qué es ser popular? ¿Cuándo es una persona popular? ¿Qué influye para ser popular?

Pues, para responder a las preguntas retomaré la tónica de las entradas de hace unos meses en las que desarrollo una idea contándoos una historia.

Érase una vez que se era, un chico gordito, bajito, de los que pasaban desapercibidos siempre, ya que estaba eclipsado por su hermano, un chico bajito, feúcho, pero con bastante carisma. El caso, es que el chico transparente veía incansable y sin quejarse como la gente buscaba a su hermano y estaba rodeado de personas, mientras él, aunque no estaba solo, no tenía tanta influencia.

Este chico, llamémoslo Saul, terminó la primaria siendo invisible  y empezó la secundaria siendo igualmente poco visible e incluso, se puede decir, un poco impopular. El hermano de éste siguió siendo feúcho y la gente se empezó a cansar de su carisma, poco a poco empezó a perder la influencia que tenía y por tanto su popularidad. En cambio Saul, empezó con las transformaciones que lo convirtieron en un hombre alto, guapo, de estos que están destinados a vivir de su físico. Como es normal, primero se le acercaron las chicas, luego se colmó de amigos y empezó a ser muy muy popular.

Terminó la secundaria siendo una persona popular y conocida, rodeado de gente y feliz; porque por fin se sentía parte de algo.

FIN
o no...

Porque yo ahora me pregunto ¿Es lógico que ese hombre sea popular simplemente por su físico? ¿Es ético? ¿Se sentirá bien? ¿Qué hay del hermano? ¿Es justo para él? ¿Por qué es la gente tan superficial?

Juzguen ustedes mismos, yo ya no tengo energía para ello, el mundo es así de lógico.

viernes, 10 de diciembre de 2010

I R E N E

PD: Ignorar mi cara de yonki empedernido

¿Cómo explicar quién es Irene? ¿Cómo definir que ha hecho esta chica por mí? ¿Cómo explayarme diciendo qué es para mí?

Pues simplemente creo que no hay respuesta, las palabras limitan mucho incluso al escritor que vive de ellas (y que conste que no es mi caso, que luego me acusan de subido). Y es que, las palabras  limitan tanto que, preguntas que aparentemente son tan fáciles de responder, no las puedo explicar de la forma que quiero.

Pero a grandes rangos, Irene es una persona muy importante en mi vida, porque ha sido un apoyo bastante grande, porque ha sido una persona que me ha hecho pensar mucho, que me ha hecho, aunque ella no lo crea, descubrir cosas sobre mí, que me ha demostrado lo qué es la amistado, que me ha enseñado que ni la distancia puede alejar a dos personas que de verdad son amigos, que me ha demostrado qué es un persona cercana, que se ha abierto a mí aunque al principio mis intentos de acercarme a ella fracasaran, y así podría seguir meses, relatando quién es ella. Y para definir qué ha hecho por mí las palabras me limitan mucho más aún, porque simplemente no encuentro palabras para definirlo, ya que ha sido una de las personas que más me ha marcado a fuego, una marca que no podré borrar nunca. Recuerdo ahora esas noches hablando con Germán de que Irene era la chica perfecta y otras muchas cosas que si las hubiera oído me hubiera querido matar... jajajaja, pero es así y así soy yo. Y a la hora de decir, qué es Irene para mí, solo puedo decir claramente que es una amiga, una compañera, una hermana, y una persona muy importante en mi vida.

Espero que la distancia y el tiempo no nos separe, porque aunque ahora no nos veamos todas las semanas y no me meta contigo cada vez que te veo, eso no quiere decir que ya no esté aquí. Al contrario, así que espero que por parte de ambos, sigamos siendo amigos, hermanos y compañeros.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El girar del mundo


Si echas la mirada atrás, ves tus pasos, y si sigues más adelante, te concentrarás en la historia, aquello que ocurrió antes de tu nacimiento. Yo, en ese caso, aunque el titán tiempo hace mella de su inmensidad, no llego a sentir vértigo. En cambio, si miro al horizonte, a lo que viene y a lo que vendrá, al gran mundo girando, a la Tierra acompañada de sus hermanos mayores y bañada con la luz de su padre el gran Sol, me siento tan pequeño que puedo comparar mi vida con la de una hormiga, ya que en realidad no somos tan diferentes, Me siento pequeño y tengo miedo de la inmensidad, tengo vértigo por todo lo que me rodea, tanta grandeza y yo tan pequeño y tan ingenuo.

Me acuesto en mi cama con la intención de dormir pero mi mente empieza a trabajar rápidamente sin mi permiso y comienza a imaginar qué pasará cuando yo ya no esté. Pienso en cosas tan simples como aquella serie de televisión que seguirá su camino aunque yo no esté en el mundo, que seguirán cada semana emitiendo los capítulos y cuyo final no llegaré a ver, pero también pienso en cosas tan complicadas como miles de científicos trabajando para encontrar una cura para el cáncer, miles de personas tratándose el SIDA, porque la cura ya está al alcance de sus manos, pienso en los mediadores internacionales tratando conflictos. Imagino la evolución de la humanidad y la filosofía, imagino el mundo girando sin mí y me alegra ver sus avances.

Pero de repente vuelve la desesperación, vuelve el vértigo y vuelvo a imaginarme pequeño porque me pregunto quién se acordará de mí y por qué. Mi conclusión es, que quizás en los primeros años si que fuera recordado, nombrado, incluso sería el sujeto de algunas oraciones que de nada servirían, pero luego dejarían de nombrarme, de acordarse de mí. Nadie pensaría en mí, no tienen por qué, no tienen ningún motivo para hacerlo.

El mundo gira y yo no soy ni una billonésima parte de lo que el mundo espera de un héroe. Definitivamente, el mundo no es para mí, pero aún así, haré cada día que el mundo sea mi casa, mi escenario, mi cámara. Viviré cada día como si fuera el primero y seré recordado, por mucho o poco tiempo, por ser yo mismo y por ser como soy. Con mis virtudes y mis defectos. Tengo la suerte de que hasta mis enemigos me prefieren vivo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Eran dos almas y ahora son una


Eran dos almas atadas a la lugubriedad del mundo tal y como lo conocemos. Blancas, sin rostro, sin personalidad, eran sólo una luz tenue y decidida que vagaba por el mundo de las ánimas sin nombre, como un peces solitarios que surcan el inmenso mar en busca de la preciada tierra de la que hablaron sus ancestros.
Eran dos que eran una, y al mismo tiempo eran dos almas diferentes atadas a la misma y a otra desigual. Eran dos luceros vacilantes cuya luz irradiaba ira y desconcierto. Pero un día, el destino de los hombres hizo que se encontraran por casualidad a la merced de la penumbra, cegados se hablaron y se conocieron sin llegar a verse, y los grilletes que desde antes de nacer ya decoraban sus brazos inexistentes se hicieron más fuertes ahora y llegó a sus vidas la señora dependencia. Y más fuerte se hizo esa atadura cuando una de ellas dijo pidió casi sin quererlo.
–Dime que me quieres. Dime que estarás conmigo siempre.
Y así fue, nadie volvió a pensar jamás que eran dos ánimas diferentes, sino dos caras de la misma moneda, dos partes que forman un todo.