martes, 19 de julio de 2011

Dos tontos muy tontos II: Dos tontos muy enamorados


II
Dos tontos muy enamorados

-Así es la vida, estoy encerrado en un manicomio de paredes blancas y voces susurrantes. Pero al mirar la ventana, sólo veo una cosa -dijo El Fandanguillo muy convencido-. El paraíso en el que compartiremos nuestras vidas para siempre.

Y en ese momento, después del mágico susurro que más bien diremos que era la frase de un enamorado, abrió la ventana y miró el desolado bosque negro tras el sucio lago, pero lo que vio fue muy diferente; un bosque precioso, verde y lleno de vida, tras un lago de aguas cristalinas surcado de cisnes, que nadaban de aquí para allá vestidos de blanco, como en una convención de ángeles cantarines. Esuchó los susurros del aire, y en vez de el ulular de los buhos y los peligros del bosque, escuchó una canción del aire.
-Despues de todo -continuó- la vida es tal y como la queramos ver. Y contigo, siempre la veré así.
-¿Cómo la ves? -preguntó Mortimer.

El fandanguillo sólo le miró a los ojos, y en el reflejo de sus pupilas, pudo ver Mortimer el mundo tal y como él lo veía.

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