domingo, 26 de junio de 2011

Dos tontos muy tontos I: ¡A solicitar matrícula!


Jijiji ¡Hoooola! Os presento el nuevo formato de entradas que es similar al Abyssus Abyssus Invocat pero con otra temática :P esta vez basado en hechos reales.
I
¡A Solicitar Matrícula!

Éranse que se eran, y siéndolo sin ver que lo eran, dos tontos muy tontos cuya historia os espera.
 En un caluroso día de Junio, uno de esos donde la sangre alcanza los 40 ºC cuando el sol toca la piel del vividor que se atreve a pisar la calle, el Fandanguillo y Mórtimer dos disléxicos sin arreglo, caminaban Rambla arriba con la intención de solicitar matrícula para cursar Farmacia y Parafarmacia.
Que caprichoso es el destino, y que traviesas sus manos, pues cuando el Fandanguillo y Mórtimer llegaron al fin de la larga cola de la secretaría de La Salle les atendió una alegre y amable secretaria.
―¿Qué desean?
―Veníamos a solicitar la matrícula para cursar Farmacia y Parafarmacia  ―le explicó el Fandanguillo.
―Ajá, pues deben rellenar esta solicitud y traer una fotocopia del DNI y el título de la ESO o Prueba de Acceso.
La primera en la frente, es simple ¿no? Pues no, porque nuestros dos tontos no habían caído en que les pedirían el DNI ni el título. Salieron de La Salle con intención de ir a recoger el titulo de la ESO porque Mórtimer no lo había bajado, además ya cogieron dinero para hacer la fotocopia del DNI. 
Pacientemente bajaron desde la Plaza de Toros a Fotocopias GAES e hicieron la fotocopia del DNI.

La segunda en la boca, simple ¿no? Pues no, porque uno de nuestros tontos no había caído en que el DNI caduca y el DNI del Fandanguillo llevaba tres meses caducado.
―No pasa nada ―le consoló Mórtimer― lo mismo no se dan cuenta.
―Pues lo mismo no...―respondió Fandanguillo sin mucha convincción pero con la intención de intentarlo.

Después de hacer las fotocopias, cosa que les llevó una hora al menos bajaron a La Salle. Se sentaron en el recibidor y empezaron a rellenar la solcitud y a la hora de poner los códigos, Fandanguillo los copió de su hoja de los centros y los ciclos formativos. Muy alegremente, después de terminar, comprobaron que todo estaba en órden y se llevó a Mortimer hasta la secretaría. Allí, después de esperar unas tres horas de cola que pasaron piropeando en voz baja a un chico rubio con los ojos azules ―muy guapo, todo hay que decirlo― llegaron a la cabeza de la cola y entregaron los papeles a la secretaría.

La tercera en la entrepierna, ¡Qué tontos son nuestros tontos! y menos mal que la secretaria era competente.
―Ajá, la primera opción es farmacia ―dijo ecribiendo una F en la solicitud.
―Sí ―respondió Mortimer con cara de tonto.
―La segunda es administrativo, también en este instituto, pero aquí no hay administración ―explicó contrariada la secretaria.
 De repente los dos tontos se miraron, con una mirada de infinito desprecio y odio.
―No, ahí pone que es el de enfermería, que lo he puesto mirando el código ―dijo Fandanguillo muy seguro de sí mismo.
―No, no, no. Eso es administrativo, mira ―respondió señalando al listado de los ciclos que había en la mesa.
Ambos miraron la lista de códigos de la mesa y comprobaron que la secretaría decía la verdad.
―Uis, pues entonces mi lista está mal ¿eh? que lo he copiado de la lista.
―Pues sácala y comprobamos que no te hayas equivocado en otro ―respondió ella.
El Fandanguillo obedeció y saco raudo el papelito con todas las listas y comprobó horrorizado y maldiciendo su dislexia, que los códigos estaban perfectamente escritos.
 ―No.. No pasa nada ―le tranquilizó la secretaria― lo rectificamos ahora mismo.
Con gran maestría, la dulce mujer reescribió todos los códigos y los guardó con una sonrisa.

Todo había salido bien, pero nuestros dos tontos acaban de perder toda la confianza en llevar su dislexia normalmente. Hubo más hechos, por culpa de la dislexia o de otras muchas cosas, pero son historias que contaremos más tarde.

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